Hace unos días, en mi anterior post, te hablaba sobre Abundancia.

Te comenté que en esta entrada retomaría el tema, ya que es algo que en mi vida siempre ha estado muy presente, primero por pasar ciertas dificultades que no entendía y sentir la escasez y carencia en mi vida; y luego cuando comencé a entender qué es verdaderamente la Abundancia y cómo sanar mi relación con ella.

Aún con ciertos miedos y temas que sanar, hoy me siento abundante, ya que siento que soy cocreadora de mi vida y, cada día, mi esencia sale más a relucir de manera natural. Hoy elijo libremente donde quiero estar, con quien, mis proyectos, donde poner mi atención y foco, y qué soltar por el camino.

Es una manera de volver al minimalismo, que no es sino desprenderse de todo lo que llena y pesa pero no nutre; lo que en apariencia es bello y bien aceptado por la sociedad, pero causa vacío en nuestro interior. El minimalismo es ligereza, claridad, sencillez, practicidad y soltura. Y en ese soltar lastre, tanto emocional como material, de todo aquello que ya no tiene cabida ( y que normalmente es fruto de un importante trabajo interior), aparece la luz y mucha más paz.

Minimalismo también es hacerte consciente de quién eres y de cómo las memorias de tu árbol genealógica están, irremediablemente, condicionando tu vida, mientras no las tomes con ternura y hagas algo con ellas. Porque al trabajar en ti, en esa parte inconsciente que sólo sale a flote causando, normalmente, situaciones y momentos incómodos, tu energía se está limpiando y haciendo mucho más fluida en tu vida. Y cuando todo discurre sin oposición, sin sobreesfuerzo ni agotamiento, es porque todo va bien.

¿ Sabes lo que creo que es minimalismo también y te conecta con la abundancia?

Hacer con lo que ya tienes, aprovechar los recursos más inmediatos que tienes. Yo, estos días, he comenzado a probar a hacerme unos ungüentos con cera de abeja, manteca de cacao y aceites esenciales.

Además, empecé a usar más aceites esenciales en la limpieza de casa, en difusores y estoy indagando en cómo hacerme un protector solar natural a base de aceites vegetales y aceites esenciales.

Pero lo que más satisfacción me crea es estar cambiando mi alimentación a una más natural, fresca y cruda, con más vegetales y frutas, semillas, jugos y plantas aromáticas. Antes apenas comía fruta y llevo meses que consumo más que nunca, y además aprovech

o las cáscaras de los cítricos para hacer un vinagre de limpieza. Me siento con más energía, menos indigestiones y con ganas de seguir aprendiendo sobre bienestar natural, nutrición, fitoterapia, etc… He retomado viejos libros sobre hierbas para hacer preparados como la miel con cúrcuma y jengibre, hacer algún jarabe casero y jabones naturales, de los que ya experimentaba hace más de 15 años. He dejado de tomar ciertos alimentos, muy instalados en mi vida, pero sin valor nutricional, vacíos…

¿ Qué te quiero decir con todo esto? Varias cosas. La primera que, para conectar con tu abundancia, es indispensable que vuelvas a ti, que indagues y que pases procesos incómodos para que brille ese diamante que eres. Hasta que no buscamos en generaciones anteriores,

no podemos ni imaginar el peso que tienen los patrones y lealtades con nuestros ancestros, en lograr una vida que, sin resistencia, ya debería ser abundante para cada una de nosotras.

La segunda, que te des lo que a ti te guste y te vaya bien. Hay que aprender a desoír a aquellos que siempre sabrán qué hacer con tu vida pero no son la suya. Respeta tus tiempos de descanso, tus ciclos vitales. Yo hoy escribo con la energía de la hechicera de mi ciclo femenino, que me ayuda a ponerle voz a lo que siento y que tanto me cuesta en otros momentos.

La tercera que, gracias a esa consciencia, podemos estar más presentes y dejar ir los pensamientos que no nos hacen bien. Además, podemos escuchar con más precisión, en qué parte de nuestro cuerpo se instala el malestar para aceptarlo y saber qué nos quiere decir. Ser conscientes de nuestra realidad nos acerca a nosotras mismas y por extensión a los demás. Nos hace más partícipes de sus procesos, nos une, hace que podamos acompañar y sentirnos acompañados. Nos ayuda a poner límites y a mirar por nuestro bienestar.

Por último y por no enrollarme más, todo este proceso de vuelta a mi esencia me está ayudando a contemplar mi realidad desde otra óptica. Con todo lo que sé y voy aprendiendo y experimentando, nutro mi vida y lleno mi mochila para poder sanar y estar más disponible para quienes quieran que les ayude o acompañe. Esto significa que ya no veo las Flores de Bach, ni los aceites esenciales, ni el conocimiento sobre plantas, emociones, números sagrados, mantras, transgeneracional, diseño humano o metafísica, etc… como un fin, sino como un medio que me nutre y pongo a disposición de otras personas, si en algún momento quieren que compartamos. Lo vislumbro como el conjunto de aprendizajes, interminable e inabarcable, que conforman mi vida, que me iluminan y son mi motor para transitar esta experiencia humana. Estos últimos tiempos me han enseñado que, todo lo aprendido, es un tesoro principalmente para transformar mi vida en una con sentido y mucho más consciente.

Si yo sano, con todas estas herramientas y las que lleguen, puedo, si se da el caso, quieres y es para nuestro mayor bien, acompañarte a que tú también vivas la vida que deseas, minimalista, consciente y abundante.

¿ Te animas a vivir una vida más plena y con sentido?